Hay caminos que no conducen a ningún lugar,
personas que vienen y van.
Nos empeñamos en intentar amarrar barcos
que es mejor que se vayan
hasta las profundidades del mar.
Vínculos sin sal, amargos, sin más.
Familia, ¿de verdad?
Sendas que no se hubieran cruzado
de no ser por el azar,
el familiar.
Y las disculpas, ¿qué importan ya?
Querer no es opcional.
¿Cómo querer a quien no está?
Reblogueó esto en y comentado:
Cuando la hilandera de las palabras teje la hermosura de manera que asombraría a la propia Aracne
Me gustaLe gusta a 1 persona